Nos plagian, luego cabalgamos
El mes pasado nos dimos cuenta de un hecho tan desagradable como decepcionante. En la tarea cotidiana de investigar, los descriptores habitualmente utilizados desvelaron que nos había plagiado una persona a la que teníamos en muy alta consideración.
El artículo plagiador lo publicó La Nueva España el 12 de mayo de 2018. Curiosamente, la persona que lo firma se puso en contacto conmigo unas semanas antes pidiendo permiso para usar los datos de mi artículo La Tuna Femenina del Colegio Mayor Universitario Santo Tomás de Aquino de Oviedo (1955-57) diciendo que era para incluirlo en un libro que estaba escribiendo. Para el mismo destino me pidió fotos sin mi marca de agua. Estando el trabajo publicado en 2015, le facilité las fotos y confié que no había que recordarle la manera de usar los datos y fotos a una persona con un doctorado por una universidad española, pero los hechos mostraron lo contrario.
La Nueva España. 12-05-2018.
Al contactar con el plagiador obtuvimos palabras de arrepentimiento por audio de WhatsApp, que de nada sirven. Él se adjudicó resultados de un trabajo de investigación que no hizo, robándome todo mérito ante los lectores del diario que lo difundió. Este hecho curiosamente nos dice que mi plagiador nada aprendió cuando fue plagiado por otra persona, haciéndolo público mediante una carta fechada el 12 de diciembre de 2020 que circuló por las redes sociales.
Escribí al periódico para ejercer mi derecho de réplica, pero el silencio ha ido la única respuesta hasta hoy.
Hoy, recuperado del impacto y de la decepción generada, el hecho me hace recordar la frase "Ladran, luego cabalgamos" atribuida a Alonso Quijano en Don Quijote de La Mancha, pero que parece provenir del un poema de Goethe:
Ladrador (1808)
«Cabalgamos por el mundo
en busca de fortuna y de placeres,
más siempre atrás nos ladran.
Ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero
por siempre acompañarnos,
pero sus estridentes ladridos
sólo son señal de que cabalgamos».
En este caso, el contenido plagiado se erige en señal de que nuestras publicaciones atraen la atención focos repetidores de información que amplifican su difusión. Al final de todo, el que no se consuela es porque no quiere.
Murcia, a 13 de septiembre de 2024.
Félix O. Martín Sárraga