Desde el principio de este siglo se detecta a uno y otro lado del Atlántico la proliferación de agrupaciones que se autodenominan "tunas" sin estar vinculadas a una Casa de Estudios. Peor aún, un no pequeño número de ellas está conformado por músicos profesionales o se han creado por no universitarios específicamente como un "modus vivendi".

En el país de la leyenda de El Dorado estas falsas tunas medran y, para confundirse entre las Tunas Universitarias ante la sociedad, últimamente están adoptando el grillo como indumentaria. Por otra parte, en la tierra de Quetzalcoatl hoy es noticia que la Secretaría de Seguridad de Guanajuato ha detenido a cinco "supuestos integrantes de una estudiantina" bajo los cargos de "portar arma blanca... y agredir a un policía preventivo" entre otros.

¿Que está ocurriendo en el mundo de las Tunas Universitarias para que suceda esto? ¿Tienen las Tunas Universitarias alguna responsabilidad, aunque lejana, en esta realidad?

No es novedad, puesto que sucede desde la segunda mitad del siglo XIX, la existencia de agrupaciones que copiaron la denominación de "tuna" tomada por las Académicas desde 1870 y generen confusión en la sociedad adoptando también la vestimenta que desde 1878 se generalizara gracias a la repercusión mediática de la Estudiantina Española en el Carnaval de París. La cuestión es que ahora el hecho tiene una mayor trascendencia y difusión gracias a internet y sus redes sociales.

Por otra parte hay que reconocer que a uno y otro lado del océano las Tunas Universitarias no se han caracterizado por defender "lo propio" ante estas imitaciones, llegando a un "pasotismo" que propicia que estas falsas tunas campen a sus anchas y lleguen a participar "de tu a tu" en eventos concebidos para Tunas Universitarias, con lo que "de facto", se está validando "como igual" lo que muy sustancialmente es claramente diferente. Esto no es una actitud marginadora sino, como se dice en España, "llamar al pan, pan, y al vino, vino" ya que su actividad afecta seriamente la capacidad de recabar ingresos a las Tunas Universitarias para poderse pagarse sus viajes y discos (por ejemplo) y la veintena de falsas estudiantinas que extorsionan y amenazan a los turistas de Guanajuato está deteriorando gravemente la imagen de las existentes en el seno de la Universidad, pero el ayuntamiento no  toma medidas porque suponen una vía de recaudación de impuestos que el municipio no parece querer perder.

El pasotismo actual que impera en las Tunas Universitarias es fruto de la pérdida de la coherencia que, según la Real Academia Española es  la "actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan". Por ello, si la Tuna deja de tener principios resulta lógico que no actúe consecuentemente porque ya no los tiene. ¿Quién se va a erigir como garante de una tradición que ha perdido sus principios? ¿Quién va a defender una costumbre estudiantil cuyos valores desconoce?

Pareciera que la Tuna Universitaria atravesara un periodo de crisis de identidad (la RAE  define identidad como "conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás" y como "conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás") que ya fuera evidenciado por Meluk Orozco en el I Simposio de Historia de la Tuna en Andalucía.

"Obras son amores y no buenas razones" es un refrán español ya de uso en 1736 del que, sobre su significado general, el Centro Virtual Cervantes dice "se refiere a los que hablan mucho pero luego nada hacen o no cumplen lo prometido". Por ello raya en lo patético recibir en privado quejas de Tunas Universitarias (hasta en las tertulias de nuestros Congresos) pero luego no toman medida alguna que trascienda a su entorno. Parecen haber olvidado los principios y valores transmitidos tanto por su Universidad como por sus becados más veteranos, pero sobre todo un principio fundamental: La historia demuestra que LA TUNA SÓLO EXISTE AMPARADA POR UNA CASA DE ESTUDIOS Y CONFORMADA POR ESCOLARES Y EGRESADOS, todo lo demás son imitaciones.

Estas líneas no son un "rechazo a lo diferente" sino un "reconocimiento y defensa de lo propio". No es nuestra intención sentar pautas de actuación, sólo llamar la atención ante unos hechos cada vez más complejos que pueden ser el principio del fin de las Tunas Universitarias que tanto amamos y el comienzo de una nueva época en la que la "tuna" ya no sea una tradición estudiantil sino un "género musical", como ya se advertía en el I Congreso Iberoamericano de Tunas (Murcia, 2012).

Félix O. Martín Sárraga

 Publicación: 27/04/19