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La Tienda-Asilo de Murcia y las póstulas estudiantiles a su favor

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Félix O. Martín Sárraga


La actividad postulante para allegar fondos con los que aliviar las necesidades de víctimas de catástrofes y/o epidemias así como para asistir a las personas más desvalidas de la sociedad determinó la excelente aceptación y buen nombre de las Estudiantinas Académicas desde finales del siglo XIX.

Por ello, en un presente en que las prisas y las exigencias cotidianas dejan poco tiempo - si alguno - para la solidaridad, es que dedicamos estas líneas a recordar la Tienda-Asilo de Murcia por ser una institución centenaria que continúa teniendo una importancia capital en la ciudad.

La institución

En el marco de el brote de cólera sufrido por la población murciana en 1885 y 1890, López Gómez y Herrero Carcelén refieren que Eulogio Soriano presentó una moción en el Ayuntamiento de Murcia mediante la cual rogaba al alcalde, Federico Gómez Cortina, “…que reconociendo la existencia de la miseria, no hay otro medio para sobrellevarla que abrir una cocina económica que, si bien es cierto cuesta mucho, vale más evitar la falta de una sola persona”. Esta moción fue ampliada por el Sr. Guirao que manifestó que su finalidad era la de “socorrer sólo a los que no pueden trabajar, como viudas, ancianos, etc”. De esta manera estos autores citan el contenido de La Paz de Murcia del 7 de noviembre de 1890 que recuerda la añorada ‘Cocina Económica’ de antaño  “con ese nombre o con el de Tienda-Asilo”, señalando que no era “para dar raciones gratuitas sino al precio de 15 céntimos ración que cubriría la mayor parte del gasto y redundaría en beneficio de los pobres”. El mismo artículo añade que “aunque no existiesen circunstancias excepcionales como una epidemia, debería funcionar todos los inviernos”.

Esta iniciativa tuvo reflejo en el Acta constitucional de la Tienda-Asilo de Nuestra Señora de la Fuensanta cuyas ‘Bases para el establecimiento de una Tienda-Asilo’ fueron aprobadas el 12 de noviembre de 1890 en el Ayuntamiento de Murcia y en las que se especifica que su funcionamiento depende “de los donativos de la caridad” y se parte con la cesión del Ayuntamiento del “producto de la suscripción municipal iniciada con motivo de las anormales circunstancias sanitarias”, unos 14.909 reales según publicara el anteriormente citado artículo de La Paz de Murcia, que pasó a ser su patrimonio fundacional.

Raciones dadas en la Tienda-Asilo de Murcia 1891

Datos pubicados en 2003 por López Gómez y Herrero Carcelén

Además del Reglamento fundacional de 1890 hubo otros posteriores en 1902 y 1925 (un año tras la inauguración del Refugio de Nuestra Señora de la Fuensanta, que suponía un verdadero albergue nocturno para los más desvalidos de la sociedad), siendo en 1982 cuando se intentó reformular sus Estatutos para adaptarlos a sus objetivos originales “ante la desviación sufrida en el uso del edificio y la necesidad de espacios para los servicios de albergue y comedor social, progresivamente abandonados en las últimas décadas”. Lamentablemente este intento no prosperó y en 2003 aún se encontraba pendiente de adaptarlo a la Ley de 1994 que reguló las Fundaciones en España.

Su primera ubicación fue en el antiguo Colegio de Música de San Leandro, edificio sito en la Plaza de los Apóstoles en el que tenía sus oficinas la Comandancia Militar. En el acto inaugural, el 16 de diciembre de 1890, los soldados de la guarnición recibieron en formación a las autoridades y a la Junta del Asilo a la entrada del inmueble con participación de la ‘música municipal’ (banda de música). El Obispo bendijo las cocinas y luego, por indisposición de éste, el Provisor presidió el acto, encargó a los Sres. González Adalid, Baquero y Ruiz la redacción de los puntos generales de su Reglamento, y mandó reducir el personal de la Tienda-Asilo a “un despensero, un cocinero, un mozo de cocina y un chico" [1].

El otro periódico importante de la ciudad, El Diario de Murcia, publicó el mismo día que “el primer plato fue para la distinguida esposa del Sr. Comandante Militar, el Gobernador y demás autoridades” y que éstos “hicieron elogios de lo bien condimentado que estaba el rancho, compuesto ese día de patatas, arroz, garbanzos y tocino" [2] . Se dijo que las raciones, que eran abundantísimas,  las empezó a servir el cura de San Antolín.

De esta primera localización sólo de conserva la fachada del edificio originario de tres plantas, que actualmente muestra un total de cinco.

 Catedral y Colegio de San Leandro

Izqda.: Lateral de la Catedral de Murcia con el Colegio de San Leandro al fondo.
Drcha.: Detalle de la fachada del Colegio (López Gómez y Herrero Carcelén)

Una referencia de una Tesis Doctoral [3] refiere la publicación de unas Memorias de la Tienda-Asilo de Nuestra Señora de la Fuensanta para los años 1890 a 1892 y comenta que a esta institución “se le donó la cocina existente en el antiguo Colegio de San Leandro”, desglosa el inventario de la misma, especifica que los empleados eran “un despensero-cobrador, un cocinero y dos mozos de cocina”, determina que “la hora de la comida estaba comprendida entre las doce y media de la mañana hasta la una y media de la tarde” y aporta el dato de los donativos alimentarios que recibía (“100 libras de pan, 9 kilos de morcillas, 8 kilos de tocino fresco, 19 kilos de nabos, 6 kilos de cabeza de cerdo, 28 kilos de mondongo, 5 kilos de manteca, 6 pavos para la olla de Pascua…”). Finaliza diciendo que “con todas las epidemias y la pobreza que había en esta época, esta institución, así como otras organizaciones benéficas, fueron muy necesarias para mitigar un poco las penurias del pueblo”, comentario que retrata aquella época histórica en que España perdía sus territorios de ultramar.

López Gómez y Herrero Carcelén señalan que el incremento de la demanda de este servicio social y el poco espacio del que se disponía en el antiguo Colegio, cuyo desalojo militar quedó descartado en 1892, determinó que Lorenzo Pausa, alcalde de Murcia, impulsara en 1898 la compra o construcción de un edificio propio para la institución. Con el fruto de las fiestas organizadas ese año para recabar fondos destinados a tal fin y los fondos preexistentes se compraron ocho fincas sitas en las calles Eulogio Soriano y Baraundillo que, unificadas, dieron paso a lo que hoy es la Tienda-Asilo.

En 1903 se practicó la electrificación del inmueble y, como era de esperar ante la demanda del servicio prestado, estas dependencias comenzaron a resultar deficientes. En 1907 se advertía que “el comedor de los niños y de los pobres… no tienen luz, ventilación ni lo necesario para que los niños estén cual deben”, por lo que continuó presente la idea de comprar más viviendas o solares de la misma manzana para su ampliación. A tal fin dicho año se compraron tres casas y un solar anexos recurriendo a fondos de la deuda púbica de la institución. El pabellón, construido durante 1908, es la obra actualmente existente y, a los servicios anteriormente prestados añade la apertura del comedor de obreros y aumentar en 20 plazas la sala maternal destinada a niños. Finalmente, siempre refiriéndonos a la publicación de los autores antes citados, en 1922-1923 se compró una casa que hacía esquina y se indicó la elaboración de un “proyecto de obra para estación de despiojamiento, asilo nocturno y dependencias para recogida de mendigos”. De esta manera la infraestructura quedó compuesta por “planta baja y un piso; en la primera se encuentra la sala de junta, la de los asilados nocturnos con doce camas, comedor de párvulos, cocina, sala de duchas, horno de desinfección, comedores y despensa; y en el segundo, la sala de refugiados nocturnos con doce camas, capilla, roperos, clase de párvulos y la parte reservada a las Hermanas de San Vicente de Paúl”.

El Archivo General de la Región de Murcia [4] muestra en 1930 asientos de contabilidad de la Tienda-Asilo de Nuestra Señora de la Fuensanta para el periodo 1913 a 1934 que suponen una prueba indirecta de la situación de pobreza y precariedad social de los años previos a la Guerra Civil Española de 1936.

Sobre las reformas de la Tienda-Asilo hay que señalar que quedó para 1935 la habilitación de la planta alta del pabellón sur destinada a dormitorios de mujeres (obra que inicialmente se propuso en 1929 pero que hubo de retrasarse ante los problemas de financiación derivados de la próxima prohibición de la rifa, principal fuente de ingresos de la institución), inaugurándose el 7 de julio de 1935.

Estudiantinas que postularon a favor de la Tienda-Asilo

La primera referencia que hemos hallado aporta los nombres de dos integrantes de la estudiantina que recorrió las calles de Murcia allegando fondos para la Casa de la Misericordia (13):

«Hoy tomamos la pluma llenos de satisfacción para dar un público testimonio de gratitud a nombre de los pobres de la Casa de la Misericordia, a los señores don Adolfo Terrer, D. Rafael García de las Bayonas y otros jóvenes de la población que, habiendo formado la estudiantina que recorrió las calles de la capital en los días de Carnaval, concibieron el laudable objeto de que su diversión produjese algún beneficio a los establecimientos de beneficencia, habiendo recibido la Casa de la Misericordia la cantidad de 218 rs 26 mrs, procedente de las limosnas recojidas, y tanto por su exactitud en la entrega de todo lo recogido, cuanto por la idea tan filantrópica, merece se consigne para estímulo de los buenos y para honra de tan estimables jóvenes».

Hay referencias de en 1898 se postuló para la Tienda-Asilo de pobres de Murcia, siendo interesante la participación de dos murcianos ilustres que nos desvela la siguiente nota de prensa:

“Por el Carnaval de 1898 se organizó, por la juventud distinguida murciana, una estudiantina para postular a beneficio de la Tienda-Asilo. Dos ilustres murcianos, D. Federico Balart y D. Manuel Fernández Caballero, hicieron unas sentidas coplas”  [5] , de ciego el primero y el segundo una jota. 

Esta cita de prensa se confirma con el contenido del folleto “Publicaciones poéticas” que la Tienda-Asilo editó para el Carnaval de 1898, poesías que se leyeron en la noche del 13 de marzo de dicho año en el Teatro Romea en una función y Kermesse cuyos productos se destinaron a la suscripción de la nueva Tienda-Asilo, publicado como apéndice en la obra de López Gómez y Herrero Carcelén que tanto hemos citado antes.

Poesias para la Tienda-Asilo de Murcia 1898

Poesias para la Tienda-Asilo de Murcia 1898-1

Poesias para la Tienda-Asilo de Murcia 1898-2

Poesias para la Tienda-Asilo de Murcia 1898-3

Poesias para la Tienda-Asilo de Murcia 1898-4

El 27 de febrero 1932 la Tuna Universitaria Murciana visitó Orihuela y recorrió sus calles allegando fondos para la Tienda Asilo [6] de Murcia. También en este año participaron las Tunas Escolares de las Universidades de Murcia y Granada en el Carnaval de Murcia de 1932 [7], primeras Carnestolendas de la Segunda República. La prensa de la época nos ofreció la misma foto [8] de la misma Tuna con dos denominaciones diferentes: Tuna Escolar Universitaria de Murcia y Tuna Estudiantil de la Universidad de Murcia. En palabras de Montes Bernárdez [9] “arrancó recaudando fondos para el Asilo [la Casa - Asilo]. Sus integrantes, unos treinta estudiantes, tocaban guitarra, bandurria, laúd, violín, flauta y, por supuesto, pandereta, e interpretaban aires populares pero también piezas como el Himno a Murcia - compuesto diez años antes por Emilio Ramírez - obras de Falla, Shubert, Albéniz, Beethoven e incluso composiciones propias como las del tuno y estudiante José María López Mirete”.

Tuna Estudiantil de la Universidad de Murcia - Mundo Grafico.17-02-1932. pp. 8

Tuna Estudiantil de la Universidad de Murcia.  Mundo Gráfico, nº 1059. 17-02-1932.

En 1933, y en palabras de Asencio González [6], la Tuna Universitaria Murciana visitó Alicante durante los “días 27 y 28 de febrero postulando durante los carnavales a favor de la Tienda Asilo. En mayo volvió para finalizar, antes de llegar a Murcia, la gira artística que duraba desde febrero, habiendo participado en el concurso de estudiantinas del carnaval de Madrid alcanzando el cuarto puesto” Entendemos que, muy posiblemente, el premio en metálico entonces recibido pasaría a engrosar el montante de lo postulado durante esta gira para el mismo fin.

En 1934 la Tuna Universitaria Murciana ofreció un concierto en Cartagena a beneficio de la Tienda-Asilo de Murcia, de lo que da fe el siguiente contenido de la prensa de la época:

“Esta mañana llega la Tuna Universitaria Murciana, premiada repetidas veces en cuanto concurso se ha presentado. Recorrerá nuestras calles y visitará los centros oficiales. A la una de la tarde dará un concierto en el Paseo del Muelle. Ha sido nombrada madrina en esta ciudad la bellísima y encantadora Srta. Rosarito Sánchez, hija del alcalde de esta ciudad don Pedro Sánchez Meca.

Dado lo valioso de su agrupación artística y los buenos muchachos que la integran, conocidísimos casi todos principalmente por ser vecinos nuestros y lo benéfico de su recaudación que es para la Tienda Asilo murciana, es de augurarles un feliz y rotundo éxito” [10] .

Sobre esta Tuna Universitaria Murciana refiere Asencio González [6] que sus delegados, Sres. Granja y Aulló, visitaron Alicante el 1 de febrero de 1934 “para preparar los conciertos que con fines benéficos darían el siguiente domingo”, apuntando que, según la prensa, la estudiantina “contaba con una magnífica orquesta de instrumentos de cuerda”. También relata el mismo autor que esta Tuna visitó Alcoy, camino de Valencia, a mediados de dicho mes, muy posiblemente continuando una gira postulante para la Tienda Asilo de Murcia.

Actualidad

Desde hace unos cuantos años la única actividad postulante que hemos detectado por Estudiantinas murcianas a favor de la Tienda-Asilo se desarrolla a cargo de la Tuna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia que, por Navidad, sale por el Mercado de Abastos de Saavedra Fajardo pidiendo donativos destinados a la cena de Nochebuena de sus usuarios, actualmente la Fundación Jesús Abandonado se encarga de su Comedor Social y sirve en él unas 200 comidas y cenas diarias que en época de otoño – invierno superan las 300.

TMM - 141227

Integrantes de la Tuna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia y su MiniTuna con lo recaudado ante la entrada del Comedor Social del edificio de la Tienda-Asilo el 14-12-2014. 

Estas actividades postulantes escolares son las que, hoy más que nunca, dignifican a las Tunas ante su Universidad a la vez que brindan algo de alivio a una sociedad cada vez más deshumanizada.

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Fuentes principales:

López Gómez, J. y Herrero Carcelén, M. Beneficencia en Murcia. Cien años de la Tienda-Asilo. Ayuntamiento de Murcia. 2003.

Martín Sárraga, FO. Estudiantinas que postularon en o por Murcia. Epidemias y catástrofes por las que desarrollaron su actividad. Edición de TVNAE MVNDI con la colaboración de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. 2014.

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Otras fuentes:
  1. El Diario de Murcia. 18-11-1890.
  2. La Paz de Murcia. 18-11-1890.
  3. Moreno Béjar, MC. Historia de la alimentación de la Región de Murcia durante los siglos XVIII y  XIX. Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. Departamento de Ciencias Sociosanitarias. Mayo, 2003.
  4. Archivo General de la Región de Murcia. Cuentas y presupuestos de la Tienda- Asilo de Nuestra Señora de la Fuensanta, Fundación de la Señorita Doña Dolores Carvajal y Fontes y Fundación de Doña Isabel López López. Años 1913-1934.
  5. El Diario de Murcia. 12-04-1903.
  6. Asencio González, R. Las Estudiantinas del Antiguo Carnaval Alicantino. Origen, contenido lírico y actividad benéfica (1860-1936). Universidad de Alicante. 2013.
  7. ABC. 09-02-1932.
  8. Mundo Gráfico. 17-02-1932.
  9. Montes Bernárdez, R. Las Tunas Universitarias de Murcia. Revista Cangilón, nº 30. Diciembre de 2007.
  10. Cartagena Nueva. 10-02-1917.
  11. La Paz de Murcia. 07-11-1890.
  12. El Diario de Murcia. 18-11-1890.
  13. La Paz, periódico de noticias, avisos y fomento de la provincia de Murcia. Año II Número 311. 12-03-1859.

Publicación: 22/03/15          Actualización: 11/10/19