¿A qué venís?
¿A qué venís?
Eduardo Maestre
¿A qué venís, amigos, a esta plaza?
Me refiero a ti, público; presente
de manera constante. ¿Es que este ambiente
te parece gracioso? ¿Acaso traza
una línea que corte la pesada
rutina del andar entre las normas
que nos obligan a guardar las formas?
¿Es que esta noche la fiera es liberada?
Si buscas tradición (que no lo pienso),
ésta es la peor plaza que has hallado:
no hay políticos, ni Ejército, ni Estado;
no hay hermanos mayores; no hay incienso.
Debes saber que este acto es subversivo:
nadie da un duro aquí; va contra toda
la ley que hay; en cuanto a estar de moda,
más que una ruina, lo nuestro es un derribo.
Nadie da subvenciones para esto;
aquí subimos, y hablamos como cabras
gentuza como yo; nuestras palabras
no representan a nadie. ¡Es sólo un gesto!
…¡Pero qué gesto! Un gesto que te asombra
por un momento; un rayo, una centella
de ingenio: una parodia; una querella;
un fulgor cuya luz se vuelve sombra.
Esto que haces, público selecto,
es un brindis al sol; un sinsentido.
Serás fichado, y luego perseguido
por el Ministro de Cultura infecto.
¿El discurso te parece oportuno
de un rapsoda procaz; de ese otro, abyecto,
que va contra lo pulcro, lo correcto,
lo que se debe decir a cada uno?
Yo sé que estás aquí porque sospechas
que en esta plaza se crean energías,
y éstas se vuelven mil epifanías
resueltas en sonetos y en endechas.
Tú estás aquí porque esto aún es salvaje,
sin más reglas que las del verso puro;
aún, quien sube aquí no cobra un duro;
no hay todavía que pagar peaje.
Somos libres, oh, público ideal,
de injuriar, de cagarnos –y de balde-
¡en la gran puta que parió al alcalde!
O al arzobispo -por ser aún más brutal.
Y minutos después, se oye una lira,
una décima, una glosa, un buen soneto
que ensalza con dulzura y con respeto
la belleza de Cloris o de Elvira.
Cuando la poli empiece estar por medio,
pongan vallas y empiece a haber movida
con carteles de Entrada y de Salida,
esto se habrá acabado sin remedio.
Mas, de momento, libérrimos estamos.
Y como no sabemos si el futuro
seguirá dando luz o vendrá oscuro,
os conmino a cantar… ¡Y a que bebamos!
Eduardo Maestre
Tenorio 2007