No es hasta el siglo XIX cuando aparecen las cintas en el atuendo de las Estudiantinas
Félix O. Martín Sárraga
Aunque en la "Razón de amor y denuestos del agua y del vino", poema anónimo de principios del siglo XIII, un escolar recibe una cinta de su amada en prenda de amor (1), lo cierto es que no hemos hallado aval documental que confirme que ello se hacía entonces y en ninguno de los grabados que de la época aparecen tales cintas y menos dispuestas en moñas, por lo que parece fruto de la ficción del poeta.
Entre las hipótesis planteadas sobre el origen del uso de cintas en la capa hemos de recordar:
a) Martín Martínez: sugiere que en el manteo iban prendidos pañuelos de seda en recuerdo de las damas a las que se había rondado (2).
b) Pérez Penedo postula que, hasta pasado el siglo XVII, sólo lucía “las cintas de los corpiños de las amantes del escolar” (3).
c) Castillo Toral sostiene que derivan de los pedacitos de encaje del vestido de las muchachas que así indicaban al estudiante su interés por él (4).
d) Martín Sárraga: considera que las cintas de la capa son la máxima expresión de las cintas que adornan clavijeros y panderetas, típico ornato carnavalesco, por lo que se entiende su aparición en el siglo XIX y no antes; piensa que su mensaje (bordado o pintado) pudo originarse inspirado en las corbatas conmemorativas que se prendían al mástil de las banderas de las Estudiantinas y que antaño también se prendieron del jubón (12).
la documentación hallada evidencia que no es hasta el siglo XIX cuando en el atuendo de las Estudiantinas aparecen las cintas cosidas al manteo o capa por medio de una moña o escarapela, de los que existen numerosos ejemplos en grabados de la época e incluso en fotografías. Entonces el número de cintas es escaso, limitándose a unas pocas prendidas por lo general a una sola moña y alguna que otra anudada a los instrumentos (1). Buen ejemplo de ello es la descripción que en 1878 se hizo de la manera que la Estudiantina Española desfilaba por las calles de París (5):
“A la cabeza marchaba solo un alto joven, soberbio en su traje y de resuelto continente; después venía una doble fila de jóvenes con capa, representando los postulantes; detrás los 10 estudiantes con gorra o toca, llevando cada uno una pandereta colgada al cuello con un cordón con lazos amarillos y encarnados*. Enseguida marchaban los 8 flautistas, después los 10 violines y, en fin, 20 tocadores de guitarra y bandurria, éstas pendientes de ancha cinta pasada al cuello con lazos de los colores nacionales en el mástil** y cintas flotantes***...”
(*) prendidos de la pandereta. (**) colgando, al parecer, de sus clavijeros. (***) posiblemente cosidas a la capa.
Este relato viene confirmado en la Estudiantina Española que viajó en 1878 al Carnaval de París, que lucía escarapelas y cintas de colores en clavijeros de instrumentos de cuerda y panderetas, a lo que añadimos nosotros las cintas que anudaban a las panderetas (7), típicos elementos carnavalescos (6).
Pandereta de una Estudiantina española (circa 1940)
Una canción mexicana que cantaba en Guanajuato Dª María García en 1886 señalaba que ya habían cintas en la capa (8):
"La capa del estudiante parece un jardín de flores
toda llena de remiendos y de distintos colores".
Siendo, como pueden apreciar, escasas las publicaciones que aluden al uso de cintas en las capas, merece especial interés una referencia periodística de 1895 que así lo atestigua al decir “las piernas y los hombros con cintas de colorines” (9).
Una postal que circuló por el sur de Francia sobre 1905 aporta una posible foto de la Estudiantina Española Fïgaro en la que las únicas cintas que se pueden apreciar parecen corresponder a las que antaño identificaban (por sus colores) los estudios cursados o la Sociedad de Recreo a la que pertenecía la agrupación.
Entre 1945 y 1948 la longitud de las cintas prendidas de la capa pasó de ser cortas (hasta el entorno de la altura del codo) a largas, alcanzando casi todo el largo de la capa (14), pero ello no se generalizó hasta mediados de la década siguiente.
Sobre los contenidos plasmados en las cintas, en una muestra que abarca desde 1930 a 1970, encontramos desde imágenes coloreadas de papel recortadas y cosidas a la cinta y elementos de madera polícroma (también fijados a ella) a hermosas pinturas al óleo y delicados bordados. Habitualmente contemplan también un mensaje o dedicatoria y suelen rematarse con el nombre de la localidad y el año en que se obsequió (15).
No será hasta la reaparición de las Tunas tras la Guerra Civil cuando la imagen de la capa con cintas bordadas de ella prendidas comience a ser habitual (1), aunque todavía predominaba su uso en los calvijeros y panderetas como refiere un artículo de prensa de 1952 que, refiriéndose a la Estudiantina Universitaria de Valladolid, señala:
"La formaban 32 estudiantes de las distintas Facultades y se dirige a Marruecos invitada por la Alta Comisaría".
"Negra y severa, hebillas de plata por único lujo y cintas alegres en los instrumentos, la estudiantina, de madrugada irá desde hoy a cantar..."
Cinta pintada al óleo (1954)
Cinta bordada con elementos de madera (1954)
Cinta pintada (circa 1970)
Escarapela y cintas pintadas con rotulador regaladas a Mariano Sancho Rodríguez (Tuna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia, 1969)
Y un artículo de 1955 sobre la Tuna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid que viajó a Roma con sus "negros vestidos a lo Felipe II pero estallando en la primavera multicolor de las cintas sentimentales y nostálgicas…".
Sobre el significado del color de las cintas se ha hablado mucho, no hallando texto alguno que los justifique de manera documentada y quedando, por tanto, al gusto de la persona que las regala y, en su caso, a las posibles costumbres que cada Tuna haya establecido para ello.
Nota:
Artículo inicialmente publicado como una nota breve en la sección de "¿Sabías que...? que pasó el 18/12/16 a la sección de "Artículos originales" al actualizarse con otras investigaciones e imágenes complentarias.
Fuentes:
1. Rafael Asencio González. A vueltas con la película ‘Tuno negro’. Original enviado personalmente por el autor y disponible en http://rafachencho.wordpress.com/page/12/ Visto por última vez en 2011.
2. Félix Martín Martínez. Revista del Folklore, nº 203. Valladolid, 1997.
3. Enrique Pérez. La evolución del traje escolar. Desde el inicio de las universidades hasta 1835, año en que se decretó su desaparición. Ponencia al Tercer Seminario Internacional del Buen Tunar. La Serena, Chile. Enero de 2004. En: Pérez Penedo, E. Asencio González, R. Tradiciones de la antigua universidad – Estudiantes, matraquistas y tunos. Ed. Universidad de Alicante. Alicante, 2004.
4. José G. Carrillo Toral. ¡Ahí viene la Tuna!, pag 6-7. Artículo publicado el 28 de noviembre de 1996.
5. El Imparcial, 08-03-1878. pp. 3-4.
6. Antonio Luís Morán Saus, José Manuel García Lagos y Emigdio Cano Gómez,. Cancionero de estudiantes de la tuna, el cantar estudiantil de la Edad Media al siglo XX. Ed. Universidad de Salamanca, 2003. Pag. 68.
7. La Ilustración Católica, nº 33. 17-03-1878. pag 86
8. Leobardo Muñoz Ledo Villegas. Investigación personal aportada al autor en 2011.
9. Nuevo Mundo, nº 59, 21/02/1895. pags 5-6.
10. ABC, 12-12-1952. pag 25.
11. ABC, 14-01-1955. pag 9.
12. Félix O. Martín Sárraga. Mesa redonda tras su ponencia "Sociedad, Universidad y Costumbres Escolares (Siglos XIII al XIX)" presentada en el Seminario Internacional: “Tradición y Vida Universitaria” organizado por la Universidad San Sebastián de Puerto Montt (Chile) el 8 de junio de 2012.
13. Félix O. Martín Sárraga. Crónica del viaje de la Estudiantina Española al Carnaval de París de 1878 según la prensa de la época.TVNAE MVNDI: 03-01-2013.
14. Félix O. Martín Sárraga. Las cintas de la capa 'se alargaron' en la segunda mitad de la década de 1940. TVNAE MVNDI. 29/05/2013.
15. Félix O. Martín Sárraga. Contenidos de las cintas de mediados del siglo XX en España. TVNAE MVNDI. 21/06/2016.
Publicado: 14/11/12 Actualización: 18/12/16